Me detengo frente al límite de tu sombra
para anunciarte y declarar en juramento
que he decidido a pesar de mis creencias,
de lo mucho que me debes y te debo,
dejarte en libertad.
Ya era tiempo, justo el tiempo
de abolir esclavitudes
en épocas de paz y de armonía.
No era justo, por lo tanto, ni adecuado,
retenerte con cadenas a mi sombra.
Ya puedes levantarte, cuerpo libre
aun arrastrándote, te marchas.
Eso sí: no gires la cabeza
puede que veas tu sombra que era esclava
encadenada a las patas de mi silla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario