Mira por la ventana
entreabierta
la inmensidad y la
certeza.
Nada de lo que ve es
familiar
le han cambiado el
paisaje.
Impotencia y
frustración cruzan
la calle. Y no se
alejan.
Han echado anclas para
quedarse
y pintar de gris ese
horizonte.
Sabe que aunque el
viento
intente despejar
caminos
arrasando las penas y
dolores
la tierra en la que
vive, ya no será.