Cuando las estrellas
parecen esconderse
en la oscuridad
de la noche apagada,
se distinguen las
luces
fabricadas de la
ciudad.
Son potentes,
invencibles
nada las hace dudar.
Construidas con
cuidado
parecen enceguecer
la mirada altanera
de quien todo sabe
entender.
Por eso el campo que
es sabio
espera con calma y
placer
al que valora y
disfruta
de cielos, constelaciones,
de noches con
estrellado perfume
y de la gloria al
anochecer.