Descubrir la verdad
solo al mirarte.
Entender sentidos
cuando hablas.
Calmar temores
en tus brazos.
Esconder las dudas
en tu certeza.
Contemplar la
sencillez
en un beso a tiempo.
Atesorar tu recuerdo
cuando sueño.
Y saber que tu regreso
es el refugio donde el temor ya no viaja… Ha quedado en la orilla perdida de mi
mente.