Una gota que cae lentamente
desde el cielorraso hasta el suelo.
Así de monótona y tediosa
es la bruma que atrapa la
existencia.
Cuento los ladrillos empotrados
y percibo como el destierro me
atrapa.
Soy de aquí y no.
De un lugar donde el instante
se derrite a fuego lento
semejante al hielo de mis venas.
Predije desde antes de los tiempos
Un reloj sin horas, sin minutos
Solo segundos para que todo acabe.
Para que la soledad me aturda
y me destruya a golpes secos.