lunes, 9 de abril de 2018

Final




Anochece a orillas de la vida
y sin luz para el regreso.

Se miró en el espejo de la fuente
y vio un rostro de espanto
y espantoso.
Tan fea su imagen reflejada
que huyó olvidándose
de su alma.

Nunca había visto
expresión más angustiada
pútrida, desangrada.
Ya no sin luz, oscura,
endemoniada y atávica.

Comprendió por fin
el secreto ancestral de la vejez:
llagas, arrugas, surcos
cincelados con horror, tan despiadados.

Juró volver y destruirla
a golpes de hacha, sin darle tregua.
Casi llegaba. Se hizo de día.

Amanecía a orillas de la muerte.