Me emborracho
de ideas
y alucinaciones
escondidas;
se me cruzan y
atornillan
a la punta de
los pelos,
imágenes
descoloridas y difusas;
se me cuelan
por los recovecos
ocultos y
azulados de mis
articulaciones,
sensaciones
parecidas
a la nada y el
vacío.
Y entre tanto,
haciendo
sonar una
campana tras otra
que aturde al
oído confundido,
auguro luces
predecibles
entre las
sombras recostadas
de mi cuerpo.