Acompaña con calma
y en silencio
los días alumbrados
con luz de cielo.
De un azul intenso
casi indecente,
como ese mar
que desconcierta.
Contempla su grandeza
y su bravura
la persistencia de sus olas
y del viento.
Aguarda cauteloso en la orilla
donde se libera
de miedos, dolores
y algunas soledades.
Sabe que ese tiempo
de espera no fue en vano…
Por lo que pueda
llegar con la marea…