para encontrar
tesoros.
De esos que se
esconden
para guardar su
recuerdo.
Una voz, algún abrazo
la inquietud de la
espera.
Una mirada que
entiende,
una palabra que
alienta.
Aromas de una noche,
caricias de amanecer.
Una tristeza perdida,
alegrías por estar.
Una mano que ofrece,
un pensamiento que
dar.
Todo guardado en un
cofre
que el alma le hace
lugar.