Escritor español (1864 – 1936)
Me voy de aquí, no quiero más
oírme;
de mi voz toda voz suéname a eco,
ya falta así de confesor, si peco
se me escapa el poder arrepentirme.
No hallo fuera de mí en que me
afirme
nada de humano y me resulto hueco;
si esta cárcel por otra al fin no
trueco
en mi vacío acabaré de hundirme.
Oh triste soledad, la del engaño
de creerse en humana compañía
moviéndose entre espejos, ermitaño.
He ido muriendo hasta llegar al día
en que espejo de espejos, soy me
extraño
a mí mismo y descubro no vivía.
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