Verano en el
tiempo.
Un sol de mil
diamantes
deshace la
tibieza que dejó
en la mañana.
Ausente al
despertar,
gira en torno a
mí
buscando el
aire.
Viento
encandilado
y jadeante:
Verano en el
tiempo.
Una gota de
piel
descansa en la
hoja.
Atenta, espera
el
aviso
acostumbrado
que descubra al
día.
Y en ese
momento,
veré la tierra
descorrer
su manto y en
un
parto mendigo
de sed
y de mi
ausencia,
beberé a gritos
un trago más
de raíces
florecidas
en verano.
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