La llegada que esperas
con anhelo, con ilusión,
se esfuma entre tus manos.
Tanto tiempo deseando
ese regreso
y por fin te has dado cuenta
que nada ha sido cierto:
fue solo tu mente
desolada, ausente
que por ocultar tu desierto
creyó en la fantasía.
Ahora es tiempo
de volver a tu vida poseída
de imágenes reales
tan certeras, tan presentes
que aun crueles,
te mantienen aquí
de pie, omnipotente.
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