martes, 6 de marzo de 2018

Sin retorno



Una hoja cae lentamente
desde la copa del árbol hasta el piso
y en ese tiempo fugaz y hasta indecente
te pienso.

Acomodo sin permiso
uno a uno los libros de tu mente.
Desnudo las paredes
dejando a la intemperie
los huecos del arte, sin redes.

Pero no puedo
siquiera suponer
desabrocharte de mi historia
                            de mi vida
                                            de mi pensamiento
                                        de mi locura
                                              de mi deseo.

Es más fácil hacer caer
piedras hasta el cielo.



Ser uno



Un día hecho de una hora
a la sombra de ese árbol reposado
cuando ya no haya espacio
para la eternidad bajo los puentes,
sé que vendrás.

Cautivo en tu enorme libertad
a un cuerpo de distancia de mi alma
despojado
ya de todo y de nada
paseándote impaciente a mis espaldas,
sé que vendrás.

Y entonces
la tiniebla tenebrosa
modulada y virulenta,
nos cubrirá generosa
hasta que lloremos de tanto ver
hasta que volvamos
hasta cuando partamos
ignorando que la noche está enterrada
y que el día aún no nace.

Y veremos
levantarse del cielo hacia la tierra
una luz que dista apenas
un espejo de la sombra,
tu sombra reflejada en
mi sombra. Y seremos uno.







Marc Chagall


Pintor francés  1887 - 1985