sábado, 1 de junio de 2019

Como si fuera hoy...






Un recuerdo se asoma
a la punta de la nariz
y me despierta.

En verdad, ella nunca
me engaña
me prepara y se aclara
la imagen del instante
que fue y que vuelve
exacto y semejante.

El té con leche y tostadas
en la casa de la infancia;
el perfume a jabón
de la primera noche;
una presencia deseada
en los rastros dejados de su aroma;
una piel de bebé
recién bañado y en el pecho;
los jazmines en las tardes
de verano, frescos, inconfundibles
estallando en la glorieta;
el de un fuego que se prende
en la casa recién pintada;
la madera que se enciende
en luces absorbiéndose la cera;
una pipa con olor a amigo
en las rutas de la noche
camino a Tigre;
el de un espacio que quedó
vacío, humeando en el cigarrillo
aún prendido.

Y son más, cada vez más…
Vienen de más lejos y más profundo
abriendo los instintos a
lo pensado y real.

Se regocijan y deleitan
acusando su presencia
en lo que fue de historia
y de momentos.