martes, 6 de marzo de 2018

Ser uno



Un día hecho de una hora
a la sombra de ese árbol reposado
cuando ya no haya espacio
para la eternidad bajo los puentes,
sé que vendrás.

Cautivo en tu enorme libertad
a un cuerpo de distancia de mi alma
despojado
ya de todo y de nada
paseándote impaciente a mis espaldas,
sé que vendrás.

Y entonces
la tiniebla tenebrosa
modulada y virulenta,
nos cubrirá generosa
hasta que lloremos de tanto ver
hasta que volvamos
hasta cuando partamos
ignorando que la noche está enterrada
y que el día aún no nace.

Y veremos
levantarse del cielo hacia la tierra
una luz que dista apenas
un espejo de la sombra,
tu sombra reflejada en
mi sombra. Y seremos uno.







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