Escritor portugués (1888 – 1935)
Ah! La angustia, la abyecta rabia,
la desesperación
de no yacer en mí mismo desnudo
Con ánimo de gritar, sin que sangre
el seco corazón
En un último, austero alarido!
Hablo -las palabras que digo son
nada más un sonido:
Sufro -Soy yo.
Ah, extraer de la música el
secreto, el tono
De su alarido!
Ah, la furia -aflicción que grita
en vano
Pues los gritos se tensan
Y alcanzan el silencio traído por
el aire
En la noche, nada más allí!
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